Clóset

Jessica Ayala Barbosa

Yo no lo elegí, cuando renté el apartamento, este closet portátil ya estaba aquí. Destacaba entre el resto de los muebles porque parecía nuevo, al menos es más moderno. Se trata de un conjunto de tubos que unidos forman una estructura rectangular, con subdivisiones que dan lugar a los entrepaños, todo recubierto con una tela color café. Al principio pensé que no serviría de nada, pero ha resultado de gran utilidad, sobre todo para alguien como yo. Es más espacioso de lo que aparenta. A veces, cuando las visitas inesperadas llaman a la puerta, es capaz de albergar todo el caos de mi cuarto. Otras veces, cuando no quiero hablar con nadie, incluso puedo esconderme ahí. Viéndolo bien, es como una pequeña habitación. 

Antes me gustaba imaginar que mis vestidos colgados en su interior eran personas que habían venido a hacerme un poco de compañía, pero últimamente me ha dado por pensar que incluso preferiría usurpar su lugar; parecen tan cómodos en el anonimato de la oscuridad que el clóset ofrece, un poco tristes y desvaídos quizá, pero seguros de que no tienen nada que temer. 

He escuchado sobre gente que, increíblemente, pasa toda su vida dentro de un clóset, pero para ser sincera, a mí no me suena tan descabellado, después de todo, creo que un universo entero cabe en un armario sabiéndolo acostumbrar. 




*Crédito imagen: https://www.pinterest.com/pin/110408628337511660/

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