Tenet, las obsesiones de Nolan en un historia a lo James Bond

En Tenet, Christopher Nolan combina el cine de espías con la ciencia-ficción para explorar la posibilidad de “viajar en el tiempo”, para ello introduce el concepto de entropía invertida. Ah, caray, ¿y eso qué es?

En términos muy prácticos para la cinta significa volver sobre los propios pasos. Es decir, para una persona y objeto viajar al pasado significa recorrer de forma invertida una línea de espacio-tiempo que ya transitó. 

Si bien, al igual que en Interestellar, Nolan estuvo asesorado por el ganador del Nobel de Física Kip Thorne, decide no explicar a fondo este principio teórico ni apegarse estrictamente a él y tomarlo sólo como pretexto para desarrollar su historia. 

Digo esto porque habría quienes se rompan la cabeza tratando de entender las paradojas que desata, pero varias veces en el filme, el director nos advierte que no es necesario con frases como “no trates de entenderlo, siéntelo” que otros personajes le sueltan al protagonista, en cuyo rostro de desconcierto podemos vernos reflejados. 

Incluso el mismo Nolan ha dicho en entrevistas que su película está cargada de conceptos científicos complejos que tal vez al final queramos conocer más a fondo, pero que le gustaría que su película sea vista en primera instancia como entretenimiento puro. 

Bueno, ¿y de qué va? Tenet es el nombre de una organización que ha reclutado a un agente de la CIA cuyo nombre no conoceremos nunca, y a quien nos referiremos simplemente como el protagonista (John David Washington), para salvar el mundo de un plan que se ha gestado desde el futuro. 

Resulta que en el futuro una científica ha inventado el algoritmo: un artefacto que contiene la ecuación capaz de invertir la entropía a escala mundial y poner fin a períodos de la historia la de humanidad. Al darse cuenta del poder destructor de su invención decide dividirlo en nueve partes y esconderlas en diferentes momentos del espacio-tiempo para así evitar su uso. 

Por otro lado, también en el futuro, hay una organización que ha resuelto que para acabar con los estragos de la contaminación generada por las generaciones pasadas hay que borrar su existencia, es decir, nuestro presente, o al menos el presente en el que se desarrolla la película. 

Para ello ha contactado a Andrei Sator (Kenneth Branagh), a quien dota de recursos económicos, armamento y cámaras de inversión que le facilitarán la búsqueda del artefacto y su eventual detonación. 

Iremos descubriendo esto junto al protagonista y entenderemos que la misión es frustrar el plan de este villano. Pero dada la complejidad de esta tarea, requerirá la ayuda de más personas, así que involucrará a Neil (Robert Pattinson), un misterioso hombre que a ratos nos recuerda al típico doble agente del cine de espías, y Kat (Elizabeth Debicki) la esposa de Sator, una mujer atrapada en su matrimonio so pena de perder a su hijo o mínimo terminar en la cárcel y despojada de lujos.

Tanto la motivación del villano para detonar el artefacto a sabiendas que cargará con todo, incluido él y su familia, como las del grupo heroico para trabajar en equipo y tomar los grandes riesgos que conlleva la misión contrastan con la complejidad científica que sirve de premisa a la cinta, son débiles, por no decir pueriles o melodramáticas. 

Para mí ese es el mayor problema de la película, la convierte en algo pretencioso. Fue fácil para mí conceder en los asuntos relacionados con las teorías de la física, después de todo sólo tengo nociones básicas (porque #yokesenosoi100tífiko) pero no en pulsiones y dilemas humanos tan planos como los que me muestra una película que me exige ponerme a cierta altura intelectual. 

¿De qué sirve tanta revolución científica si todo depende de decisiones guiadas por dogmas o el determinismo y valores muy conservadores? 

Eso sí, la exploración visual del término de la entropía invertida es visualmente atractiva y disfrutable, espectacular, aunque no del todo novedosa. También fue agradable para mí la dupla Washington-Pattinson en lo actoral. Elizabeth Debicki, por otra parte, pudo cómodamente reciclar su papel en The Night Manager.