El juicio de los 7 de Chicago, Sacha Baron Cohen brilla entre grandes

Excelentes actuaciones de un elenco de lujo, un guion ágil con muy buen timing para el drama y el humor, así como una historia basada en hechos reales del 68 -que suena actual- son algunas de las razones para ver The trial of the Chicago 7 (El juicio de los siete de Chicago).

Un dinámico collage de siete minutos le basta al director y guionista Aaron Sorkin para retratar la efervescencia política de la época y presentarnos a ocho personajes: Abbie Hoffman, Jerry Rubin, David Dellinger, Tom Hayden, Rennie Davis, John Froines, Lee Weiner y Bobby Seale, su discurso, sus valores y motivaciones para participar en las protestas en Chicago en el marco de la Convención Nacional Demócrata de 1968. 

La manifestación derivó en represión gubernamental violenta y la eventual detención de esos ocho activistas bajo los cargos de conspiración e incitación a los disturbios. 

La película se Sorkin recrea el largo juicio y hace énfasis en las irregularidades y la incompetencia del sistema judicial, las propias contradicciones entre los integrantes de la disidencia y el racismo, tema que podría ser la mayor justificación para rescatar hoy la historia. 

Como ya dije, después del guion, uno de los mayores atributos de la película de Netflix es la conjunción de talento actoral. Sorkin pone la mesa para un verdadero duelo de grandes como Mark Rylance y Frank Langella, hace lucir a los populares Eddie Redmayne y Joseph Gordon-Levitt al darles papeles con mayor profundidad que la que suele exigírsele a sus caras de niños buenos. 

La sorpresa (para muchos, pero no para quienes seguimos creyendo que nos hubiera dado un mejor Freddie Mercury que Rami Malek) la da Sacha Baron Cohen, quien ofrece una excelente interpretación de Abbie Hoffman, un personaje complejo dada su figura de comediante y activista político. Hace una muy buena dupla con Jeremy Strong, cómplice y soporte en el humor. 

El recordatorio de la incomodidad vigente por el racismo tiene como catalizador a un convincente Yahya Abdul-Mateen II. Bueno, ¿qué les digo?, hasta Michael Keaton que sólo aparece en dos escenas luce genial. Muy recomendable.

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Disponible en Netflix

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