Rebeca, un remake entretenido sin mucho que aportar al clásico de Hitchcock


La película Rebecca, dirigida por el británico Ben Wheatley y protagonizada por Lily James y Armie Hammer, se estrenó en Netflix el pasado 21 de octubre y desde entonces aparece en el top ten de popularidad de la plataforma. ¿De qué va? 

Es un filme basado en la novela gótica del mismo nombre escrita por Daphne du Maurier y publicada en 1938. No es la primera vez que la obra es adaptada al cine, en 1940 Alfred Hitchcock dirigió una versión estelarizada por histriones legendarios: Laurence Olivier y Joan Fontaine.

“Anoche soñé que volvía a Manderley”, con esas palabras, una joven, de la que nunca conocemos el nombre (Lily James), nos introduce a los recuerdos de un viaje a Montecarlo, donde conoció a Maxim de Winter. 

Ella: dama de compañía de una mujer esnob. Él: aristócrata, heredero de Manderley, viudo codiciado marcado por una tragedia impronunciable.

Tras unos días en que la casualidad hace de las suyas y propicia su convivencia cercana, él decide pedirle que sea su esposa y ella acepta encantada. Todo un cuento de hadas, ¿no? 

Así parece hasta que los recién casados llegan a la mansión. Ahí, la chica tendrá que lidiar y competir con el recuerdo de la primera señora de Winter: Rebecca, descrita por todos como una mujer excepcional: hermosa, inteligente, temeraria, amada por todos. “Los mortales ni siquiera le hacíamos sombra”, le advierten a nuestra protagonista.  

La chica siente la “presencia” de Rebecca en lo que se dice y lo que no se dice, en su habitación, que se conserva intacta y en el silencio de su esposo con respecto a los detalles de la pérdida, pero mucho más en la lealtad que la ama de llaves, la señora Danvers, le profesa a su difunta ama. 

Poco a poco la nueva señora de Winter se sentirá intimidada, distanciada de su amado esposo a quien, por más que se esfuerza, no puede demostrarle que está a la altura que su posición le exige, y acosada por una sombra contra la que no tiene arma alguna.

Echar luz sobre la sombra es la única solución, pero en su situación ella no tiene posibilidad de iluminar nada, deberá esperar a que la casualidad saque a flote los secretos. Sólo entonces podrá hacer algo para salvar su amor.  

La película entretiene. El guion construye de forma efectiva la presencia de Rebecca y Lily James logra transmitirnos el tormento de la segunda esposa de Maxim de Winter. Armie Hammer por otra parte, tiene una participación muy funcional en el inicio, durante el romance, pero su personaje se va desdibujando hacia la mitad y el desenlace de la cinta. 

Visto todo con ojos de esta época -porque son los únicos que tengo- me pareció muy incómoda la pasividad del personaje principal, la mujer sin nombre, ante el maltrato de todos, desde su esposo hasta la servidumbre, pero lo fue aún más la determinación y proactividad que muestra en la solución del conflicto. 

Las comparaciones son odiosas, pero quienes tengan en mente el clásico del maestro del suspenso, con Oscar a Mejor película incluido, tal vez se sientan algo decepcionados, pero con eso no quiero decir que la nueva versión sea un fracaso. Buena para pasar el rato y para conocer una historia clásica. 

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Disponible en Netflix

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